23 ene 2020

Determinismo



El sonido de la vida
como un grito reencarnado a la luz del sol
desciende en el ocaso de la inconsciencia.
Ojalá ser algo más que el latido que hizo vibrar
este cuerpo desde el origen del nacimiento;
tan sólo un murmullo en el caos del imaginario colectivo;
tan sólo una súplica de redención ante el implacable paso del tiempo.
¿Qué soy? ¿Por qué soy?
Preguntas inconclusas; incertidumbre que no cesa
ante el sentimiento de la libertad en mis raíces.
Yo no soy lo que tú crees que soy; tampoco lo que yo creo,
pero soy lo que mediante mi capacidad creadora dintelo
en corporeidad vacía.
Me da tanto miedo escribir sobre lo que siento,
que ya ni escribo sobre mí.
Sólo sé describir el vacío primigenio que todos sienten alguna vez;
La desesperada purga de la emoción que me desdobla la realidad
en planos superpuestos sobre las vidas pasadas;
sobre las vidas no vividas; sobre las posibilidades no elegidas
de la personalidad que contiene mi cuerpo que ya no siento mío.