22 ago 2009



EN UNOS CUANTOS SEGUNDOS

Como el mar me dijo adiós con la mano de espuma,
como utilicé mi pluma para hacerte un cielo,
como cuando el perdón pasó mi culpa,
y tus manos calmaron mi deseo.

Dos pesados besos de tus labios agridulces,
credos que desaparecen cuando un océano de mantas nos cubren,
dos segundos de tenues luces azules,
y tus ojos respirándome miradas que me escupen palabras entrelazadas.

Vagas esperanzas y el segundo se hizo eterno,
entre los besos y abrazos en un mundo de sueños amarillos,
el adiós de ese mar se quedó lejos,
cuando llegaste y pusiste tu lengua colgando en un apaño daño crítico.

Bases de risas amortiguadas por tus dientes,
que se encienden y se apagan como luces fluorescentes,
en una oscuridad donde nuestras entes dejan de entenderse
por palabras que se escapan de susurros sonrientes.

Me miras y yo lo siento,
como si tuvieras unas alas encaramadas en tu espalda,
antes para entenderme usaba espadas
y los puñales envenenados eran parte de mi alma.

Una coraza que protegía el interior
y lo sigue haciendo porque no pude olvidarme de ella,
pues son tantos los motivos por los que sigo pensando,
que en esta noche de imprevistos y sorpresas, te quiero de aquella manera.

Fuerte, valiente y claro,
sigues besando mis intelectos y haciéndome sentir celos,
son como fuego que se escapa detrás de tí, ilumina como un faro,
y hago parar para decirte un "volvamos a empezarlo".

Palabras que el tintero llevó a la boca,
lamiendo la punta y haciendo fluir los secretos escondidos de mi ser,
fuerte dolor de alma de roca, mi cuerpo con el tuyo se disloca,
vuelve loca mi subconciencia de sueños de escased.

Y en todos esos sueños sales tú, haciéndome sonrisas de sal.

15 ago 2009


HELADO DE MIS SUEÑOS

Que graciosos me parecen esos recuerdos cuando tú, tan dulce, me regalaste esa flor. Pasamos un verano inolvidable, parecía ser eterno y lo parecía de verdad. Ya me estaba creyendo que había encontrado a alguien que no fuera un misántropo o un excéntrico. Siempre daba con gente así y empezaba a dudar de mi suerte.
Tuvimos una conversación antes de todo lo siguiente y no creo que pueda olvidarla.

-Que bonito el día de hoy. ¿Vamos a la playa?
-Hoy... ¿Estás loco?-no lo dije a mal, fue graciosa su cara de risa contenida.
-Vamos... Me haría ilusión besarte con un mar de fondo.
-¡No digas esas cosas! Sabes que me pongo roja enseguida...-así fue.
-Lo sé, pero es gracioso.
-¿El qué?
-Esa manera que tienes de mirar las cosas, de observarlas. Mirarte es como... No sé expresarme.
-No te preocupes.-me sorprendió ese comentario suyo, fue espeluznante.
-Entonces, ¿vamos a la playa?
-Oh, Dios, no me apetece...
-Hace un buen día aunque podemos ir otro si así lo prefieres.
-Lo veo lo mejor...
-¿Qué te pasa?
-No sé.-miré el mar. En realidad si que lo sabía.
Hubo un silencio. Se oían las olas del mar de fondo como una banda sonora natural.
-Creo que se acerca.
-¿Hum?
-El final del verano. Volveré a mi ciudad dentro de tres semanas como muy tarde.
Ya no me acordaba de el helado que había comprado hace diez minutos. Noté como se deshacía entre mis dedos mientras hablaba con Javi. Lamí la parte que tenía manchada de helado y seguí mirando a un punto muerto, donde la mirada de Javi no me llegara. Fue incómodo.
-Pero, no te vas a olvidar de todo esto, ¿no? ¿No me olvidarás, verdad?
-No sé, no me apetece sufrir...-no le miré hasta después de unos segundos de haberlo dicho.
Era triste verlo. Como... se rompe.
-Entonces... ¿se acabó?
-No sé, de verdad que no lo sé. No sé nada, de verdad que no sé nada, Javi...
-Pero, yo...
-Lo sé, pero no quiero oírlo. ¿Sabes? Hay una cosa que nunca va a cambiar. Cuando vuelva el año que viene volveremos a vernos y todo volverá a nacer. Será una vida fénix. Y no sé... No me apetece sufrir ahora para que el año que viene esto vuelva a suceder.
-¿Por qué ahora? ¿Por qué no disfrutar estás últimas semanas?
-Porque, Javi, esto no volverá a suceder la semana que viene, ni el mes que viene, ni el año que viene... Porque me he cansado de un amor de verano, porque te quiero pero... Pero no. Tengo dieciocho años y un mundo por conocer. No puedo estancarme en esto, necesito conocer algo más, un poco más... Y necesito sufrir experiencias, enriquecerme, inspirarme y querer cosas distintas. Necesito tu amistad, es lo único que te pido...
-¿Y qué haré yo? Sin tí, nada de esto tiene sentido.
-Piensa en las cosas que hacías antes de conocerme, las cosas que te llenaban y haz como yo. Vuélvelas a utilizar y crea otras nuevas. Vive más lejos de lo que tus ojos pueden ver. Sé un fénix que vuela sin renacer. Yo no soy tu última esperanza ni mucho menos, soy una de tus esperanzas y uno de tus muchos guías que encontrarás. Yo, por el momento, necesito madurar y ser libre para hacerlo. Perdóname...
Me levanté del banco donde estaba sentada y me dispuse a irme. Él me habló:
-¡Lo haré! Pero antes explicáme algo.
Paré en seco y ni me dí la vuelta.
-Dime.
-Gracias por acompañarme. Has sido la única que ha sabido comprenderme y tratarme de una forma en la que no me sintiera solo. Pero, ¿ahora que te vas, Soledad, qué me queda?
-Tú mismo. Ya encontrarás a alguien que sepa darte algo más que yo. Es así.


Ese día pedí que me llevaran de vuelta a mi ciudad. No volví a ver a Javi pero... De alguna manera supe que estaba bien. Yo seguí mi vida como quise que fuera y seguí siendo la única esperanza de muchas personas, aunque siempre les decía lo mismo:

No soy la única, soy una de muchas que encontrarás.

14 ago 2009


PARA ALGUNOS

Dios como me apetecía cambiar un poco esto. Me gusta escribir pero a veces me gustaría hablar un poco de lo que me está pasando sin tener que usar palabras muy bonitas para enlazarlo todo, poder decir "mierda", "joder" y esas cosas.

No sé que coño le pasa a la gente. Un día te quieren y se preocupan por tí y al siguiente desconfían de lo que haces. Se contradicen una y otra vez y me pregunto yo por qué me importa tanto esto. Yo paso de la gente y no necesito nada más de lo que poseo pero ultimamente me afectan algunas cosas y eso hace que sienta rabia. (Sobretodo por saber que las palabras de la gente "no importante" me influyen).
Dios, yo qué sé, no me siento con ganas de nada ahora mismo y tampoco hace unas cuantas semanas. De repente desaparecen personas que me importan y las que no desaparecen te dan la espalda como si fueras una pared. Es increíble.
Y claro que estoy enfadada y disgustada pero sobretodo estoy indignada y algo triste. Me sorprende ver lo que confían algunas personas en mí, (dicho de algún modo, nunca han confiado) y encima me hacen sentir pequeña e inferior, como si fuera un gato asustado. Por eso varias veces he pensado mandarlo todo a la mierda y empezar desde un -2. Me vuelco por personas que no se lo merecen e intento aumentar su felicidad para que todo se mantenga y a la hora de tener que pedirles ayuda se olvidan de lo que hiciste por ellas. Como dice mi hermano: "La gente está subnormal perdida." (No lo dijo ofendiendo a los que padecen esa enfermedad, aún así estoy de acuerdo). Yo nunca pido una devolución de mis "veces que ayudé" pero caundo de verdad lo necesitas no puedes hacer otra cosa... Como han fallado tantas veces, esos amigos, me han hecho que piense de esta manera. Diciendo que todas las personas, excepto mi familia, son ajenas a mí y me son indiferentes. Tanto como los programas que a veces pone mi madre en la televisión. (Dan asco).
Con esto último concluyo:

Si necesitais ayuda buscaos un psicólogo, a mí dejadme en paz, joder.


Noem.

9 ago 2009


COSAS


No hay muchas cosas que decir, ni que hacer.
No se me ocurre que puedo hacer para que te marches de mi cabeza. Ahora que nos viene bien te contaré mentiras para que tu angustia crezca y escapes de mi vida hecha de sonrisas con sabor a sal de tus dulces labios. El calor de tus mejillas era gracioso, rosadas risas caían por tu rostro mojado de hielo deshecho y descendían por cada cosa de amor que soltabas y se estampaba contra mi cara, de golpe. Esas cosas ya no pasan desde que dejé de soñarte, de acordarme de tí cada vez que te lloraba y te reía y es que me da miedo mirarte y ver lo que era el dolor amargo de tus ojos transparentes, pues no existes ya.
No quiero ganar ni ser la princesa de ningún lugar, no quiero ser fuerte, no quiero ser más. No quiero que te vuelvas...A marchar. Sabíamos que si y el mundo dijo no, no. Tú y yo con todo por decir y el silencio se calló. Ya no volvimos a ver las estrellas, desaparecieron cuando tú te estabas marchando. En esa gran ola de sentimientos marchitados y de relojes tirados por la ventana en domingo. En el cielo se pintan amargas luces de neón, nadie puede imaginar qué hay en ese lugar ni cómo es, yo imagino que debe de ser parecido a estar contigo. Dicen que allí nada es por casualidad y que todos descubren su camino. Mi destino.

Quiero caerme del mapa y descubrir un camino que me lleve al infinito charco eterno de tu iris. Oscuro trayecto y de final luz transparente y cegante. Quiero volver a tocarte el alma...

Y perderme eternamente para nunca ser encontrada.
Mi infancia es parecida a un sueño perdido... Algo que imagino pero en realidad no ocurrió así y eso me da rabia y ganas de llorar, ganas de reír y no poder hacerlo si no puedo recordar. Celebrar que me queda vida por gastar, darme un requiem por no tener siete vidas de más, envidiar a los gatos por poder tenerlas y alegrarme de no tener que estar pendiente de los demás. Siento pena de gente que no la necesita y ni me doy cuanta de que camino yo sóla sin nadie alrededor, sin nadie que pueda apenarme ni darme una alegría, sin ser mi amigo y estar a mi lado los días de tormenta. Si, son cosas de la vida que sorprenden a cualquiera que tenga buena vista, la cartera llena o medio vacía y un mundo entero para perderla y volverla encontrar. Sueños que se escapan de ilusiones quebradas, de ilusiones que fluyen lejos de mí. Mariposas que al alba encuentran esperanza de escapar de las hadas que me apresan aquí.

De que yo quiera escapar para buscarte de nuevo. De rescatar los besos perdidos en las palabras "muy lejos".