7 ago 2013

Las sobras de las noches que me ceno



Mira que hora es
que parece que esta noche
haya sido fabricada con tus ojos.
Y yo aquí, fumando a la intemperie
y ajustándome el reloj
para vivir de cero.

No tengo tiempo, sólo el mío
para derrochar
cuanto me deje el día.
Y por eso no tengo ganas,
de perder el poco que me queda
en promesas
que dependen de él,
en mañanas de contar las estrellas
que me bebí ayer.

Me quedan los días
de acabar sin nada
de lo que necesito,
porque sólo necesito
lo que ya tengo.
Que los sueños mueren
al despertar
y yo he conseguido tenerlos
con los ojos abiertos.

Y eso,
ni tus ojos,
ni tu voz,
ni tus poemas
de cigarro en la cama,
pueden desasirme de la idea
de que tenerte es una casualidad
y no una elección.