3 jul 2012

Red


Escribir para mí siempre ha sido fácil porque me gusta y por ende lo que me gusta siempre se te hace más fácil que lo que no. En el colegio nos pasaba. Teníamos las mejores notas en las asignaturas que de verdad nos interesaban. Las otras se convertían en obligación tan sólo. No había un placer en estudiarlas ni dedicarles tiempo.
Desde que fui consciente de que escribir me hacía sentir bien he hablado del amor. El amor lo mueve todo, el amor te hace estallar, te hace cambiar, el amor saca lo mejor de nosotros, amar nos hace felices, amar nos hace ver la luz y también quedarnos ciegos.
Amar duele, a veces se parece a morir cuando no se tiene o se ha perdido y creemos que ya no tiene sentido vivir sin ese amor. No comprendemos que amar es todo.
Es el conjunto de esas cosas que hacen mover las turbinas al cuerpo, es lo que hace que tengamos ganas de hacer lo que hacemos porque todo guarda un sentimiento. 

                                           

Un buen ejemplo para lo que trato de decir es el dibujo. Amo dibujar porque me encanta ver con mis propios ojos lo que tengo en la cabeza. Me vuelven loca los colores, las líneas, los sombreados. Lo elegante que parece todo cuando es dibujado o pintado y cómo me siento cuando veo el reflejo de lo que soy en cada trazo. Ver que me gusta, que me gusta como soy por dentro y como nadie puede entender mi pequeño mundo que veo a veces. Siempre está ahí, esperando que logre entenderme.
Y es como mis pulmones, mi piel, mi voz, inhalase aire y lo filtrara quedándose sólo con las pequeñas motas, como si fuera polvo, que es el arte, acumulándose en mi interior, dándome la fuerza que necesito para seguir estando aquí.
Cuando me equivoco y un dibujo no sale bien lo intento otra vez hasta que sale. Y así es como lo disfrutas más, cuando llegas al final y te das cuenta de que has conseguido lo que te proponías, cuando has cumplido tu objetivo.
Vas evolucionando como artista y como persona. Experimentas con el arte, te marcas unos bailes y vas mejorando, vas buscando y encontrando lo que realmente te gusta hacer, el estilo que te va. Y cuando lo encuentras, le dedicas tiempo y le dedicas cariño. Porque es lo que te gusta y es lo que siempre has estado buscando.

Y eso pasa con todo. Sólo es una reflexión, una metáfora de lo que realmente quiero decir.
Es lo que llevo pensado hasta ahora y tengo claro. Que sin amor, sea de la clase que sea, sólo nos hacemos unos locos de nosotros mismos.
Y cuando se tiene, hay que cuidarlo.