28 mar 2012

Es difícil



"No confesaré. Estoy volviéndome loco pero no hablaré. Y no porque me de igual, porque me importa lo que piense de mí, claro. No puedo decirle lo que quiere oír.
Últimamente esa es la tónica de mi vida. Que no pueda hablar no significa que no lo quiera, tal vez lo deseé mucho... Estás con una persona, puedes ser feliz con ella pero no quererla o querer a alguien y no desear estar con él. No es necesario amar a alguien para quererle. Es... frustrante, cuando tu cerebro te dice lo que deseas y eso en realidad luego nunca pasa. Es agotador y... es complicado. Pero es la vida y la vida... es un asco."


Dr. George - Anatomía de Grey

26 mar 2012

Conclusión

No necesito más hostias para darme cuenta de lo que estoy haciendo con mi vida. Y todavía no sé cuándo he de parar de hacerlo.

9 mar 2012

Creo


Hoy al levantarme, me he dado cuenta
De lo bonito que son tus ojos al hablarme,
Parece que me ríes, que te callas las bocas
De tus pecas que me buscan a tientas.

Que te vendo dos de mis siete vidas,
Y se las das de comer a gatos callejeros.
Que me agotan la piel por los tejados
De tus besos esquivados con tu risa.

Que a veces he besado tanto
Tus planetas, explorando las facetas,
De tu corazón agrietado.
Que a veces me he velado tanto
La voz de callarme tantos secretos
De tus ojos de inconsciencia, apagados.

He buscado los colores, de ese mar
Que guarda nuestro banco de quehaceres.
He buscado y aunque encuentre,
Si no te encuentro a ti, no he encontrado nada.

Con sentido o sin él, se me han apagado las boreales.
Con el sin sentido, se me han pagado las dudas solas.

No digo que no haya querido aspirar
Tus labios para poder respirar mejor
Esas noches que tu cama no me quiere
Y soñando que sueño que soy tu almohada
Durmiendo a la intemperie bajo las sábanas.

Se me restan los aplausos, que me despiertan hoy con ganas,
Porque se me han nevado los ojos de restarte motivos,
De buscarte vestidos cuando desnuda luces tu mejor traje.
Aunque acabe siempre en tu armario desteñido.

El día desamanece para despertar contigo.

8 mar 2012

~

Está entre tus piernas.










7 mar 2012

Concepto


Estoy muy cansada de buscar mi camino. No está entre sus piernas, pero tampoco entre las tuyas. Estoy muy cansada de buscar mi sentido. Mi corazón aglomerado contra mis costillas, quiere escapar. Amar, dime, de qué cojones sirve amar. A veces hacemos tantas cosas con la idea equivocada de que el karma será justo con nosotros. La estúpida idea de que nos hemos ganado lo que no merecemos ni tan si quiera un poco. La vida es muy larga, la muerte un suspiro. Y viceversa. No podemos estar preocupándonos por algo tan banal como es el amor. El amor es como el dinero, hace feliz a quiénes lo tienen y los que no lo tienen, no lo necesitan. Amar sirve para que la gente te haga daño, sin más, un puñetazo a la boca de tu realidad distorsionada, un tropiezo, una explosión. Es complicarse la vida, hacértela cuesta arriba. Estoy cansada de perder mis besos en carreras, en tiempo perdido que vuela entre nuestras pestañas sin que podamos atarlo a nosotros.
Estoy cansada de sufrir y de no saber qué es lo que quiero para mí, que es lo que merezco, qué es lo que tengo que ofrecer.

Fuerte. A veces no queda más que eso. Tú mismo y la fuerza que le pongas a todo lo que hagas. Después de todo, las desgracias nunca vienen solas y todos los abrazos guardan algún compromiso. Hasta los que das a la almohada.




"Now it's back to the way we started. Strangers."


2 mar 2012

Maldita seas



Malditas sean tus bocas, tu cuello al descubierto, medio tapado con vagueza de la perezosa camisa blanca que te aprieta la piel. Maldita tu esbelta fotografía de ti misma bajo el cielo, de tus bocados a los irisados ojos de tu adentro. Malditas tus ganas de perderte lejos, de descansar cerca bajo el escondite de tus secretos niños. Bajo tus ojos chicos en un armario escondidos. Malditas sean tus manos, que paren preciosas caricias y alimentan mi desconcertado corazón magullado. Malditos tus andares de bailarina esperando el éxito, malditas tus lagunas, tus vacíos, tus huecos, que me tragan, me lamen, me desesperan y me llenan el pecho de inquietudes. Maldito ese barniz con el que me lames las heridas, que acaban descorchadas y se van pelando con el frío invierno. De tus sonrisas, de quererme poco y echarme de menos. De no saber por dónde cogerte y por dónde saber que te has ido. Y tirarte flores a escondidas, por los lugares dónde caminas, para darle funeral a los pasos moribundos del irte y no volver.


Y bien que me gustaría gritarte a susurros que maldita la suerte la de todos de no ser ellos quien te hayan conocido, sino yo, que te he visto desnudarte tantas veces con mis ojos. Verte la piel del corazón cuando, con dolor, lo partes por la mitad y me das una de ellas a mí, aún palpitante y sangrante. Malditos tus ojos, llenos de caprichos y de ti, niña débil, refugiada en mi coraza, corazón inexistente de mis abriles más secanos. Maldito abril, que me trajo tu sonrisa enlazada con tus miradas al techo al hablarme, con tu boca que hablaba hacia tu garganta y no a tu pecho. Malditos tus ojos, sí, malditos ellos y sus girasoles inscritos volteados hacia mí. Como si yo fuera tu destino. Como si yo fuera algo que contemplar, tan brillante como cada sol de mediodía. Maldita mi boca, tantas veces cerrada y tantas veces sin ella, que sin ti a veces me quedo si quererlo, sin quererme en tu juego, ni un poco. Maldito pecho agujereado de manipulaciones y de mentiras, maldita sangre azul que inunda mis risas principescas. Maldita seas, que te quiero tanto. Maldita sea yo, que ya no tengo voz donde darme golpes. Que sin ti, malditas las veces que no respiro, que apareces para hacerlo por mí y te dejo sin risa en la voz. Y quisiera darme cuenta, como me doy cuenta de que existo, de que sienta lo que sienta, sin ti pierdo el norte pero llueven menos tus ojos si no te olvido.