6 ago 2014

Alimarromas significa alucinógeno

                           -Se hizo un éxtasis en negro-













¿Sabes qué?
Se me ha desvelado un oído
de no posarlo contra tu ombligo
y ahora no para de escuchar, a susurros,
que echa de menos el ruido del goteo
que hace tu respiración saliendo de tus pulmones
al otro extremo del tapón.
Y no sabes lo que me gustaría que estuvieras aquí
para que mi boca recogiera tu saliva,
que tiene el sabor más dulce, tierno y brillante
que nunca he probado en este mundo insípido e insonoro.

27 jul 2014

Piensa afanes y recogerás ciegos

Esta mañana me he sentido abatida nada más abrir los ojos como si la vida se tratara de más cosas a parte de nuestro deber y deseo por afrontarla.
La personas nos hemos vuelto insensibles. No es que ese sentimiento no estuviera ímplicito desde un primer momento en nuestra forma de relacionarnos, si no que ahora es una manera de comportarnos casi en todo momento. ¿Qué ha sido de dejarse llevar por lo que sentimos? Desde un punto de vista objetivo, el romanticismo que impregna el universo de las emociones se percibe desde fuera como un intento para mantener los sueños a flote. Si parece demasiado sensible la belleza de la pura sensibilidad hasta el punto de percibirla con desasosiego, ñoñería e inexistencia es que lo es. ¿Es posible que el romanticismo haya muerto o que se haya vuelto tan difícil de encontrar que ya no nos planteamos si puede existir? Mi cabeza se dedica a separar en dos caminos diferentes que se abren como un árbol cronológico de posibilidades, como Mr. Nobody en aquella película dando saltos en el tiempo que no impedían su avance lento y agónico aunque por otra parte sea un punto de inflexión ideal para la cuestión y el cambio. Sólo la idea de pensar que pueda dar rienda suelta a la imaginación y que se desate un sinfín de posibilidades, me cubre de una manta asfixiante.
Nada se sabe y lo que se sabe ni si quiera tenemos en cuenta si es importante o no.

Las personas que van de cabeza hacia lo que quieren, viven en un continuo espacio-tiempo en el que el pasado es sólo una prueba recordatoria de que estuvieron vivos tiempo atrás, antes incluso de llegar a pensar que un segundo después esa experiencia se convertiría en parte de nuestra historia. Quiero decir, ¿recordamos realmente lo sucedido tal como fue o acaso guardamos las sensaciones que se pasearon por nuestro cuerpo y mente (obviando que ambos conceptos se encuentran en un mismo sitio: la mente) en ese instante concreto? Me refiero a si lo que nos llevamos sólo es nuestra propia interpretación de los hechos o a parte recogimos la visión, la forma de pensar y de sentirlos por aquella persona con la que compartimos la experiencia. ¿De verdad compartimos momentos y pensamientos si esa circunstancia no se da? Porque de otra forma, nos hemos pasado gran parte de nuestra existencia dedicando el tiempo que tenemos para entretenernos mientras no tenemos otra cosa que hacer que esperar el final del film como si éste fuera demasiado aburrido, una eternidad más allá de la inmortalidad, viendo pasar la vida que nunca nos ha llamado la atención pero no podemos hacer otra cosa que permanecer en ella a expensas de que algo la haga diferente. Ese algo es el amor, romántico o no, pero aún sin que se trate de ello, abrazamos nuestra existencia, esa respiración intermitente que nos dice “Eh, estoy aquí” y la cualidad creadora de profusas variables que, sean del tipo que sean, nos hacen únicos y especiales. La imaginamos, nos la cuestionamos e intentamos que la idea de vida que nos gusta sea adecuada y afín a nosotros aunque sea inflexible y sólo nos sirva para ignorar lo solos que nos encontramos de vez en cuando.
Y digo yo, echo de menos estar enamorada de quién soy y nunca me había fijado en que todo depende de hacia donde se dirija ese sentimiento. Así que quizás sea un buen momento para dejarlo estar y no obsesionarme... ¿Acaso la aceptación no es la única manera de reconocer que nos gusta estar aquí? ¿Acaso cuando estamos solos en realidad estamos con nosotros? De esa forma, no considero la soledad como un calvario porque me gusta estar sola y habrá más ocasionas para sentirme completa y parte de mí.

Pero eso no significa que no vaya a sentirme perdida en el propio caos de mi cabeza con que consigo reajustarme de nuevo, reinventarme por dentro e intercambiar la perfección por la superación. El mix de ingredientes que necesita mi motor para asestar los rugidos y los arañazos que acojonarían a la misma infinidad universal. Al menos la exageración me hace gracia.